Tecnecio
El tecnecio, cuyo nombre de origen griego significa artificial, fue el primer elemento sintetizado por el hombre.
Cuando Dimitri Mendeleeev publicó la tabla periódica en 1869, no sol presentó una forma de ordenar los elementos químicos conocidos, sino que creó un sistema que podía predecir la existencia y propiedades de otros elementos que todavía no se habían descubierto. Esta primera tabla dejaba cuatro huecos, uno de ellos bajo el manganeso. al que denominó «ekamanganeso».
Una vez que se encontraron y nombraron 3 de los elementos predichos (escandio, galio y germanio), la búsqueda de «ekamanganeso» se intensificó.
A la búsqueda del tecnecio
Distintos equipos de Rusia, Japón y Alemania reportaron su hallazgo, pero no fue hasta 1937 cuando un grupo de científicos italianos de la Universidad de Palermo finalmente demostraron la existencia del elemento 43.
En 1877, el químico ruso Serge Kern informó del descubrimiento del elemento en un mineral de platino.
Denominado » davyo», en honor a Humphry Davy, resultó ser una mezcla de iridio, rodio y hierro.
Más tarde, en 1908 el químico japonés Masataka Ogawa encontró evidencias del elemento 43, al que denominó niponio, en una muestra de torianita. Posteriores análisis determinaron que se trataba del renio
Los químicos alemanes Otto Berg, Walter Noddack e Ida Tacke informaron del descubrimiento de los elementos 75 y 43 en 1925, nombrando a este último con el nombre de masurio (en honor a Masuria, en el este de Prusia, actualmente territorio polaco, la región de donde procedía la familia de Noddack). El experimento descrito no pudo ser reproducido con éxito por lo que se desestimó su hallazgo.
En 1936, el físico italiano Emilio Segrè visitó el Laboratorio de Radiación de Berkley y convenció a Lawrence, para que le cediera alguna de las partes descartadas del ciclotrón que se habían vuelto radiactivas. A principios de 1937, éste le envió una hoja de molibdeno y a partir de ésta Segre y Perrier aislaron los isótopos 95 y 97 del tecnecio. Segrè volvió a Berkeley e inmediatamente y junto con Seaborg separó el isótopo 99 que es ampliamente utilizado en procesos de diagnostico.
Aunque el tecnecio fue el primer elemento sintético, se puede encontrar en la naturaleza en pequeñas trazas. Es un producto de la fisión espontánea de uranio y, aunque sus isótopos no son estables, en general se puede encontrar un nanogramo de tecnecio en cada 5 kilos de mineral de uranio, la pechblenda. Esto no implica que el material sea escaso, en realidad es un producto de desecho común de las centrales nucleares y se estima que varias toneladas de tecnecio se han liberado al medio ambiente como desechos de bajo nivel durante el último medio siglo.
Aplicaciones
El tecnecio se utiliza en imágenes de diagnóstico médico. Uno de sus isótopos tiene una vida media de aproximadamente 6 horas que descompone emitiendo radiación fácilmente detectable. La corta vida media permite a los médicos inyectar el tecnecio en un paciente para ver determinados órganos y evaluar su estado.
El tecnecio no interfiere con en ninguno de los procesos bioquímicos del cuerpo, por lo que se excreta de forma segura después del procedimiento y, dado que necesita tan poco isótopo, mantiene la dosis de radiación realmente baja. También permite el desarrollo de fármacos que actúan sobre tejidos específicos.