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¿Cómo es la química de los incendios?

Agroquímica

Fotografía ilustrativa del artículo

El fuego es química. En concreto, una reacción de oxidación muy violenta y exotérmica. Las reacciones de combustión son oxidaciones rápidas y violentas en las que se desprende una gran cantidad de calor y tienen dos ingredientes básicos: el combustible y el comburente.

El primero es el material que se quema, lo que arde, lo que se oxida. En un coche sería la gasolina, y en los incendios forestales, la madera de los árboles y otros restos de materia orgánica.

Los combustibles suelen ser ricos en carbono e hidrógeno y sus enlaces químicos son muy fuertes y almacenan una gran cantidad de energía. Cuando se queman, estos enlaces se rompen, y la energía se libera en forma de calor, por lo que la reacción es exotérmica. Este proceso también genera radicales libres, unas sustancias muy reactivas que siguen rompiendo otros enlaces, amplificando la reacción, dando lugar a lo que conocemos como reacción en cadena. El comburente es el oxígeno. Por eso es tan complicado controlar y apagar un incendio. Un 21% del aire que nos rodea es oxígeno.

Otro factor a tener en cuenta es el calor, capaz de generar nuevos focos. La materia orgánica y el oxígeno están en contacto todo el tiempo y, evidentemente, no arden. Sin embargo, cuando esta se calienta, la reacción se vuelve más accesible y es más sencillo que se incendie.

Como agotar el oxígeno (comburente) o el combustible en un incendio forestal es prácticamente imposible, los esfuerzos para apagar el fuego se centran en disminuir en lo posible el calor e intentar reducir los radicales libres. Se lanzan grandes cantidades de agua que, gracias a su enorme capacidad de absorber calor, enfrían el fuego. También se atacan las reacciones en cadena mediante el uso de los denominados extintores químicos. Estos contienen agentes sofocantes que pueden ser sales pulverizadas, como el fosfato de amonio o CO2 sólido, también conocido como hielo seco. Los agentes sofocantes actúan interrumpiendo la reacción en cadena, atrapando los radicales libres antes que el combustible.


John McColgan, Public domain, via Wikimedia Commons

Aunque en ocasiones pensamos que los equipos de extinción solo utilizan agua para combatir el fuego, no es así, y de hecho utilizan diversos componentes químicos que ayudan a que el incendio no se propague. Uno de ellos es el polvo rojo que lanzan los aviones, conocido como retardante de fuego.

Su acción extintora, una vez aplicado, permite rebajar el frente de llama y, si la intensidad lo permite, llegar a pararlo.
Al aplicarse sobre los elementos que están junto al fuego, estos incrementan significativamente el punto de ignición, y se consumen de forma mucho más lenta de lo habitual, lo que evita que el fuego se propague con rapidez.

Pueden ser aplicados por medios aéreos o terrestres y deben mezclarse con agua en una relación de 1:4 o 1:5. Normalmente se utiliza para la creación de líneas de defensa, aunque puede tener otros usos como, quemas controladas con un perímetro de difícil control, bajar la longitud de la llama en incendios potentes y descontrolados y proteger viviendas que se sitúan próximas a incendios.

¿Son los retardantes perjudiciales para el medio ambiente?

Son muchas las opiniones acerca de este compuesto químico. Mientras los ecologistas afirman que contienen sales de fósforo y nitrógeno con efectos adversos para el medio ambiente, los encargados de utilizarlo indican que se trata de un producto legal, permitido y que no tiene impacto sobre el medio natural.

En lo que sí coinciden los investigadores es en limitar su uso a casos extremos, y si hay que utilizarlo, no se debería emplear cerca de humedales y ríos.

Los incendios contribuyen también a otros problemas medioambientales. Además del dióxido de carbono emitido, si el combustible tiene otros elementos, como el nitrógeno o el azufre, también se producen pequeñas cantidades de gases más peligrosos, como los óxidos de azufre, culpables de la lluvia ácida, y los óxidos de nitrógeno (NOx que tanto contaminan nuestras ciudades).

El cambio climático incrementa la frecuencia de situaciones de mayor peligro así como la estación de incendios. Según el Informe los incendios forestales en España ante el cambio climático el clima futuro y otros cambios socioeconómicos y globales ocasionarán situaciones extremadamente adversas, que se extenderán por más zonas del país de manera simultánea y con mayor frecuencia.

Infografía La química de los incendios

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