¿Sabías que tu ropa tiene un pasado?
Química sostenible: Economía sostenible, Producción y consumo responsable
El poliéster es tipo de resina plástica que se obtiene del petróleo a través de una sucesión de procesos químicos. Aunque existen muchas variantes posibles del poliéster, la más conocida es el PET (tereftalato de polietileno), que puede obtenerse como fibras que luego se utilizan en prendas de vestir.
Patentado en 1941 por los británicos Whinfield y Dickson para la fabricación de fibras textiles, hoy en día este material sintético en su gran mayoría se utiliza para la fabricación de botellas al ser ligero, transparente, seguro y muy resistente. Pero, su característica más interesante, es que es un plástico reciclable.
Las fibras de poliéster presentan unas propiedades que las convierten en el material más utilizado en la ropa técnica, utilizada sobre todo para aquellas actividades en las que se realiza un alto esfuerzo físico. Tiene una capacidad de recuperación, por lo que no se deforma ni se arruga, es ligero pero resistente y duradero, resistente a los rayos UVA y, sobre todo, muy transpirable.
La industria de la moda, también se suma a la consecución de los ODS utilizando cada vez más PET reciclado o rPET, que su mayoría proviene del reciclaje de botellas de PET y, en menor medida, de restos industriales de poliéster o de ropa.
Las ventajas del uso del rPET son significativas: su fabricación no requiere extracción de nuevo petróleo, genera un 75% menos de emisiones de CO2 y necesita menos energía que el poliéster virgen y su huella ambiental es muchísimo menor.
El método más popular de reciclado es el mecánico. Una vez clasificadas por colores, tras haber eliminado los tapones y las etiquetas, las botellas se trituran en copos que se limpian con agua y vapor. Tras un proceso de secado y clasificación, El plástico se transforma en fibra, en una máquina denominada extrusora, donde se procede a su fusión. Las fibras salen a través de pequeños orificios (como un cabezal de ducha). Estas fibras se rompen y pueden combinarse con otros tejidos para conseguir distintas propiedades.
En la industria textil cada vez son más las marcas que apuestan por la creación de colecciones de prendas de poliéster reciclado y garantizan al consumidor su compromiso con la economía circular.
El principal sello de calidad en el mundo de las prendas recicladas es el Global Recycled Standard o GRS. Es un certificado de producto internacional y voluntario. En el caso del poliéster reciclado, garantiza que el tejido de la prenda proviene de botellas de plástico y, en el caso del algodón reciclado, que procede de residuos de corte o de material sobrante.
También implica el cumplimiento de criterios tanto a nivel social como medioambiental. En este último ámbito, determina la ausencia de ciertos aditivos tóxicos en las prendas y una buena gestión de las aguas residuales. En el terreno social, asegura el cumplimiento de unas condiciones de trabajo dignas para los empleados de las fábricas.
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