Escandio
El escandio es un metal ligero y plateado de número atómico 21. Se usa para alear el aluminio y darle más resistencia, para fabricar lámparas que emiten una luz muy parecida a la solar o para fabricar los depósitos que contienen el hidrógeno que algunos automóviles utilizan como combustible.
Fue descubierto por Lars Nilson en 1879, 7 años después de que Mendeleev le dejara un hueco
en su tabla periódica. Fue el segundo hueco de la tabla periódica que se cubrió, el primero fue
el galio. Nilson no se dio cuenta de este hecho sino que lo hizo Per Theodor Cleve, que también
trabajaba con tierras raras, al percatarse de las similitudes del nuevo elemento con el predicho
por Mendeleev.
Tanto Nilson como Cleve trabajaba con el óxido de escandio y no con el metal puro, que no se
pudo aislar hasta 1937 al hacerse la electrolisis a una mezcla de cloruros de potasio, litio y
escandio a 800 ºC.
La producción de aleaciones de escandio y aluminio no se comercializaron hasta los años 70.
Se han empleado en la industria aeroespacial y en la de equipamiento deportivo para la
fabricación de bates de beisbol o cuadros de bicicletas.
Cuando a las lámparas de mercurio, que son las que en nuestras calles emiten una luz más
blanca que las de sodio que la dan anaranjada, se les añade algo de yoduro de escandio el
blanco de la luz que emiten es muy parecido al de la luz del Sol, esto las hace muy apreciadas
cuando es necesario percibir bien los colores por ejemplos en estudios de televisión.
El hidrógeno se baraja como un posible combustible para automóviles. Sin embargo tiene el
problema de que es mucho más difícil de almacenar que el gas natural o el butano. Para
intentar solucionar el problema se busca fabricar depósitos con un material que sea capaz de
absorber hidrógeno de una manera parecida a la que una esponja absorbe el agua y lo pueda
liberar cuando lo necesite el motor sin necesidad de emplear presiones elevadas. Y materiales
basados en escandio tienen propiedades muy prometedoras para este uso.