Ástato
El ástato es considerado el elemento más raro de la naturaleza.
En 1931, el grupo de investigación liderado por F. Allison, anunció que había descubierto un nuevo elemento situado debajo del iodo en la tabla periódica. Decidieron llamarlo «alabamio» en honor al estado de Alabama, pero todo resultó un error.
Este elemento de número atómico 85, sería sintetizado en la universidad de California por Dale R. Corson, K.R. Mackenzie y Emilio Segre cuando bombardearon una lámina de bismuto con partículas alfa (núcleos de helio). De esta forma obtuvieron el isótopo 211 con una vida media de siete horas y media.
Aunque comunicaron su descubrimiento, su implicación en el desarrollo de las armas nucleares durante la segunda Guerra Mundial (Proyecto Manhattan), les impidió continuar con sus investigaciones. No sería hasta 1947 cuando le asignarían el nombre de ástato que significa inestable.
Algunos isótopos At-215, Al-218 y At-219 están presentes en pequeñísimas cantidades en los minerales de torio y uranio como producto de desintegración. Se estima que en la corteza terrestre habrá unos 30 gramos
El ástato elemental nunca ha sido observado, ya que cualquier muestra macroscópica sería inmediatamente vaporizada, debido a su calentamiento radiactivo.
Este elemento es un no metal radioactivo semejante al iodo y sus propiedades se han extrapolado teniendo en cuenta su situación en la tabla y los estudios de disoluciones muy diluidas.
El astato es de particular interés debido a que sus isótopos son candidatos interesantes para la creación de radiofármacos para el tratamiento del cáncer mediante la terapia con partículas alfa (núcleos de helio). «El valor experimental del ástato sirve también para la evaluación comparativa de las teorías utilizadas para predecir las propiedades atómicas y químicas de los elementos superpesados, en particular, el teneso.