Mercurio
Pablo Ardura [CC BY-SA 4.0], via Wikimedia Commons

El mercurio es un metal blanco plateado, líquido a temperatura ambiente y cuya densidad es 13 veces superior a la del agua.

Este elemento de número atómico 80 es conocido desde la antigüedad. Su símbolo Hg proviene del latín hidrargyrum (agua-plata) ya que es líquido como el agua y brillante como la plata. Su nombre se asocia al dios romano y al planeta Mercurio.

Fue clave para los alquimistas y las distintas civilizaciones le han atribuido propiedades místicas y curativas.
Los romanos lo usaban en ungüentos y cosméticos; los egipcios y los mayas lo incluían en sus tumbas y los antiguos chinos bebían cócteles letales de mercurio en busca de la vida eterna y el bienestar.

Propiedades

Es un metal noble, soluble únicamente en soluciones oxidantes. Tanto él como sus compuestos son muy tóxicos.

El mercurio forma soluciones, llamadas amalgamas, con algunos metales (por ejemplo, oro, plata, platino, uranio, cobre, plomo, sodio y potasio).

La tensión superficial del mercurio líquido es seis veces mayor que la del agua en contacto con el aire. Por este motivo, el mercurio no puede mojar ninguna superficie con la cual esté en contacto.

Aplicaciones

Antiguamente se empleaba como colorante, en los empastes dentales, en los termómetros y como desinfectante (mercurocromo). También se utilizaba para el tratamiento de la sífilis, en la industria sombrerera, en la minería tradicional, para extraer oro, etc. 

Los efectos ambientales y sobre la salud de este elemento han limitado sus aplicaciones, por lo que ha sido reemplazado por materiales menos tóxicos pero considerablemente más caros, como el galinstano, una aleación de galio, indio y estaño.

En la actualidad se utiliza principalmente para la fabricación de productos químicos industriales o para aplicaciones eléctricas y electrónicas. Además se emplea en algunos termómetros, especialmente los que se usan para medir temperaturas elevadas.