Litio
El litio forma parte de la primera generación de elementos, junto con el hidrógeno, helio y berilio, que se formó poco después del Big Bang.
Este elemento blando y plateado reacciona violentamente con el agua y se combina con el nitrógeno atmosférico para formar el nitruro de litio. Debido a su baja densidad (es el más ligero de los elementos sólidos) se conserva recubierto con vaselina ya que flota en petroleo.
En 1817, Johan August Arfvedson dedujo la existencia de un elemento desconocido al observar la llama roja intensa que emitía la petalita (aluminosilicato de litio). Lo denominó litio, – lithos piedra en griego- y determinó que era un metal alcalino más ligero que el sodio. Arfvedson, no pudo aislarlo mediante electrolisis como Humphry Davy había hecho con el sodio. En 1821, William Brande lologró, pero no sería hasta 1855 cuando Robert Bunsen y Augustus Matthiassen obtuvieron cantidad suficiente para su estudio.
Una vez que se identificó el litio se vio que está presente en otros minerales, en aguas termales ( Vichy, Marienbad y Karlsbad) en las uvas, algas, tabaco , leche, sangre…
Aplicaciones
El litio es moderadamente tóxico, sin embargo, en pequeñas dosis se prescribe como un tratamiento para el trastorno bipolar.
Por su elevado calor específico, el litio se emplea en aplicaciones de transferencia de calor, y por su elevado potencial electroquímico constituye un ánodo adecuado para las baterías eléctricas.
El cloruro de litio y el bromuro de litio tienen una elevada higroscopicidad por lo que son excelentes secantes. El segundo se emplea en bombas de calor de contracción, entre otros compuestos como el nitrato de litio.
El estearato de litio es excelente lubricante a altas temperaturas.
El litio se empleaen la síntesis de compuestos orgánicos.
El hidróxido de litio se usa en las naves espaciales y submarinos para depurar el aire extrayendo el dióxido de carbono.
Es componente común de las aleaciones de aluminio, cadmio, cobre y manganeso empleadas en la construcción aeronáutica, y se ha empleado con éxito en la fabricación de cerámicas y lentes.
También tiene aplicaciones nucleares. El hidrógeno de las bombas de hidrógeno es en realidad el compuesto de hidruro de litio, en el que el litio es el isótopo litio-6 y el hidrógeno es el isótopo del hidrógeno-2 (deuterio). Este compuesto es capaz de liberar grandes cantidades de energía de los neutrones liberados por la bomba atómica en su núcleo. Estos son absorbidos por los núcleos de litio-6 que se desintegran inmediatamente para formar helio e hidrógeno-3, que luego forman otros elementos y, al hacerlo, la bomba explota con la fuerza de millones de toneladas de TNT.
El 85% de las reservas de este elemento se encuentran en el denominado «triángulo del litio» zona geográfica ubicada en América del Sur, en el límite de Argentina, Bolivia y Chile
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