¿Qué es el gas licuado?
El gas licuado del petróleo (GLP) es un combustible que proviene de la mezcla de dos hidrocarburos principales: el propano y butano, aunque también puede contener otros en menor proporción.
El GLP es incoloro e inodoro. Se le añade un agente fuertemente “odorizante”, metil mercaptano, para detectar con facilidad cualquier fuga. En condiciones normales de temperatura, es un gas. Cuando se somete a presiones moderadas o se enfría, se transforma en líquido.
El proceso de licuefacción consiste en el enfriamiento del gas hasta unos -161ºC, purificado mediante el uso de refrigerantes. Al licuar el gas, su volumen se reduce por un factor de 600, lo que resulta muy interesante a la hora de almacenarlo y transportarlo en contenedores de acero o aluminio.
El gas licuado de petróleo se origina de dos maneras: el 60% de la producción de GLP procede de la extracción de gas natural y petróleo de la tierra, el 40% restante es producto del proceso de refinado de crudo de petróleo. Los grandes yacimientos de gas natural se encuentran en Oriente Medio y en la antigua Unión Soviética, aunando entre ambas ubicaciones el 75% del volumen mundial de esta fuente de energía. Su transporte, entonces, se antoja un asunto de gran importancia.
Normalmente, el transporte del gas natural se realiza a través de gasoductos desde el yacimiento hasta el lugar de destino. En caso de que no haya conducciones que comuniquen dos puntos, el transporte se realiza con barcos metaneros (o criogénicos).
En los gasoductos, el gas circula a presiones muy elevadas (entre 36-70 atmósferas). Los conductos estás sometidos a controles muy rigurosos para evitar las fugas y el peligro de explosión. Algunos de los gasoductos tienen decenas de kilómetros, e incluso unen continentes, como los que conectan África y Europa.
El gas licuado presenta una serie de ventaja muy interesantes. Debido a su alto poder calorífico es muy eficiente. Es una de las energías más polivalentes ya que se utiliza en la industria, automoción, agricultura, con fines domésticos o de recreo y como fuente de energía complementaria. A pesar de ser un combustible fósil, genera menor impacto medioambiental ya que no emite partículas a la atmósfera al no generar residuos ni hollín al combustionar.
El componente fundamental del gas natural, el metano, también puede producirse mediante la fermentación bacteriana de la materia orgánica procedente de aguas residuales, residuos sólidos urbanos, compost y biomasa, y es la base para obtener el biometano, una fuente de energía renovable sin apenas residuo de carbono y con previsiones muy positivas de cara al futuro y al cuidado de nuestro medioambiente.
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